SÍMBOLOS Y ARQUETIPOS


Cada cosa en cuanto a tal es un fragmento. Está abandonada en su individualidad. Está separada de todas las otras. Está cerrada en sus confines. Es una cosa y no todas las otras cosas. ¿Cómo puede ser ahora reconducida a la fuente universal de donde viene y ser la transparencia en el mundo?


Símbolo viene del griego σύμβoλoν (…), atrapar, enlazar. Un gesto del hombre, una planta, un animal, una palabra, incluso un objeto de arte, pueden encontrar su complemento en el todo universal. Por ello el símbolo es la base de toda dinámica iniciática y religiosa, a través de un movimiento de ascensión, de lo visible hacia lo invisible, hasta llegar a la interpretación espiritual, no alegórica, sino que analógica.


Las imágenes y los símbolos no son un expresiones irresponsables de la psiquis; responden a una necesidad y tienen una función, la de anudar la más secreta modalidad del ser. Para Baudelaire, el universo es un “bosque de símbolos”. Para Jaspers, el mundo es una “escritura descifrada” de la trascendencia.


Para permanecer en el campo de los animales, nos referiremos al “Bestiario” de Leonardo, en donde se describen las virtudes ocultas de los animales y plantas y sus significados simbólico-religiosos.


En la difusión de este libro, en las áreas de las lenguas latinas y de las lenguas romanzas y germanas, ha influido por siglos el arte figurativo de los libros de medicina. Se encuentran en el ámbito de los animales los mismos vicios y virtudes que en el hombre, como ayuda para descubrir el juego de las fuerzas naturales que agitan analógicamente a todos los seres vivientes.


El gran Leonardo, con profunda interpretación psicológica, sostiene que los animales operan, algunas veces, sólo por instinto como la hormiga, que por naturaleza encuentra su camino y que, otras veces, son plenamente conscientes de sus actos con una libertad de acción que incluye la posibilidad de equivocarse, de corregirse y de castigarse. El lobo si a pesar de sus precauciones da un paso en falso, se muerde para corregirse de su error. Hay sociedades de animales presentadas como reinos sabiamente gobernadas por un rey, obedecidos por sus súbditos que se comportan con leyes y sanciones inflexibles.


Para Leonardo, también entre los animales se encuentren instintos buenos y malos: la alegría del gallo, la tristeza del cuervo y la generosidad del halcón. (…)


Hasta hoy no se ha profundizado suficientemente en el motivo de la mezcla de símbolos animales en las religiones más diversas del mundo (…).


Jung ha delineado el umbral incalculable de esta suerte de memoria acumulada en el inconsciente y de los arquetipos que son el producto de una cultura universal. El psicoanálisis, la etnología, la antropología, han estudiado el nexo que une a los hombres con casi todo lo que está bajo el cielo. También en los ambientes más distantes entre ellos, y por lo tanto sin posibilidad de contacto, se han constatado los mismos signos.


El simbolismo románico, por ejemplo, es en occidente un punto de encuentro de toda una tradición simbólica que para cualquier especialista se origina en las cavernas prehistóricas. Se tiene la impresión unas veces que los símbolos atravesaban los siglos; por ejemplo, los ancestros de Ur o del “nudo de serpientes”, de raíz mesopotámica, tiene una evidente correspondencia en la China y en la América Precolombina (…)


En Oriente tenemos el elefante, símbolo de Ganesh, símbolo de la sagacidad; la oca, mensajera entre el cielo y la tierra; el águila Garuda, cabalgadura de Vishnu, portadora de luz y de palabras elevadas; la vaca sagrada, símbolo ancestral del universo.


Egipto evoca el símbolo del buey, también del gato (...) que eran momificados para volverlos inmortales. En particular el asno era símbolo del dios Set, la personificación del caos, que provenía del dios solar Horus representado por un halcón. El fénix era asociado a Osiris, dios de la resurrección.


En el mundo griego, en el Peloponeso, (…) el gallo era el emblema de Hermes protector del comerciante; los delfines, emblema de Delfos (…). En los museos de Delfos y Micenas se pueden observar sus representaciones escultóricas. Es notable que los delfines contemporáneamente se veneren también en Escandinavia y los países bálticos.


En el mundo latino primaba la loba “madre de los Romanos”, seguida de otros animales que eran llamados Giove Ammone, creadores y regentes del mundo.


Todos estos animales han sido también inspiración para iconografía cristiana. En el Medio- evo existían los “bestiarios” que contenían el elenco de la facultad real o simbólica de los distintos tipos de animales. También la arquitectura sagrada estaba inspirada especialmente en la románica.


San Bernardo definió estos motivos que decoraban los capiteles y pórticos. Hubo la famosa reacción cisterciense que recuerda al movimiento iconoclasta del siglo VIII. Los monjes contemplaban: ¿A qué se deben estos bellos errores, estas muestras ridículas y estas horribles bellezas? En todas partes se encuentran una gran y estupefaciente variedad de formas sobre el mármol y los manuscritos de modo que podría pasar el día entero admirando una cosa u otra sin meditar en las leyes de Dios.


La interpretación de los símbolos continuaba como un gran problema tanto más porque la masa popular tenía fantasmas, magos, terrores ancestrales cuyos símbolos constituían el soporte y ambigüedad de los viejos mitos. El mismo libro del Apocalipsis, lleno de imágenes de animales, hizo llorar a san Giovanni, quien no pudo abrirlo y lo dejó cerrado con siete sellos





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